A medida que crecemos es importante aprender a vivir entre la naturaleza, quererla y protegerla, y que, cuando seamos más grande, pasar la antorcha y enseñar a los más pequeños a valorar lo que tenemos, a cuidarla, a llenar nuestras casas de esas pequeñas amigas verdes que siempre nos acompañan y nos sorprenden cada día, las plantas.

Esta es la situación de Volcadero, donde hay poca vegetación y poco lugar para plantarlas. Es allí en donde empezar nuestra misión de crear un espacio en donde los niños puedan relacionarse con elementos vinculados a la naturaleza, y de manera ecológica implementar nuevos elementos artísticos con los cuales la comunidad pueda interactuar, crear nuevos recuerdos y sentido de pertenencia hacia su hogar, animándolos para futuros proyectos paisajísticos.

Nuestra propuesta se basa en crear un espacio lúdico para los niños, donde se encuentren diversos elementos relacionados con la naturaleza, integrando nuestra propia versión de árboles, lográndose simulando la silueta de uno con cartón y rollos de papel formando un domo geodésico relleno de globos verdes para que los niños puedan jugar con estos.

Así como también se busca crear una “casa del árbol” proporcionando una estructura, con espacio íntimo, personal e interactivo junto con una relación directa al área exterior para así simular que los usuarios se encuentran dentro de un árbol.

Todo esto realizado con materiales ecológicos y reciclables, no solo para recalcar la importancia de utilizar estos materiales en el día a día, sino también para que la ejecución del proyecto sea más sencilla y así poder integrar a los niños en el proceso. Porque es importante crear este tipo de espacios, pero haciéndolo juntos es más divertido.